sábado, 9 de octubre de 2010

Amarillo - Amante del Sol


Y me das la espalda...

¿Nada pasa ya?
¿Acaso has de amar a esa luz, tanto como a mi?
De mis raíces que busco,
una respuesta a tu ausencia.
Desde el amanecer que reclamo
tu bella incandescencia.
Miro a tus pétalos y llamo a tu nombre
Y me das la espalda.

¿Sera que el Sol es mas fuerte?
¿Sera ese astro capaz de amarte?
La luz que te da calor
no llenara tu corazón.
El calor que te da esa luz
jamas te querrá como yo.
Mientras yo extraño tus miradas,
y tu me das la espalda.

Seras del Sol amante
por eso nunca llegaras a amarme.
Se yo que no quieres mirarme
pero no me des la espalda.

Si tus pétalos amarillos
fuesen tan mios como de él,
si tu tallo infinito
alguna vez dejase de crecer,
si tu luz me dieses
como haces con él,
sera del Sol, mi color gris.

Si girases un poco
para ver como te miro
observaras dócilmente
que el Sol no es nadie
y que el nada puede hacer
para evitar que te ame.
Sin embargo sigues así...
Y me sigues dando la espalda.

Si solo me buscas
cuando el Sol se apaga
no podrás ver bien
que es lo que puedo darte
no te dejes guiar por su brillo insolante
y mirame de una vez
y dejaras así,
de darme la espalda.


Escritos: Juan E. Serrano

Fotografía: Carmen Nievas

domingo, 3 de octubre de 2010

Catalpa II - Regando las plantas.


Fotografía: Carmen Nievas

Ayer estuve regando mis plantas, mis genistas tan indiferentes miraban al sol como se iba, mis catalpas tan distintas me buscaban pidiendo amor, agua y sonrisas. Las dos tan tibias e iluminadas bailaban lentamente impulsadas por el viento, sus hojas tan suaves señalaban una señal, la evocacion de una nube que se iba lejos, hasta donde nadie podía verla. Una tarde de fuego se apagaba en el ocaso, mirando a través de una cebolla de vidrio veían al sol llendose hasta desaparecer, sin dejar ni un rastro mas de su presencia mas que la vida de las genistas y catalpas que tan llenas de su amor daban luz. Ayer, cuando termine de regar las plantas, me quede mirándolas con tanto amor, admirando entre sus hojas como uno siendo tan diferente a todos, es uno mas, entre millones. Mis plantas, en su tan melancólica espera, en búsqueda del alba, me hicieron reflexionar que no soy único, solamente puedo parecer diferente entre toda la gente, pero somos todos iguales. Todos tenemos dentro esos rayos de sol que alumbran para dar vida, todos somos distintos pero tenemos la misma raíz. Ayer mientras regaba mis plantas, sonreía, y al mirarlas pensaba en cuantos días han pasado sin darme cuenta, de lo que somos a través del universo, de que estamos acá, aya y en cualquier lado. Mis genistas y mis catalpas, ayer bailaban al viento, mientras yo las regaba.